Estando yo en Londres he descubierto que no tenía ni idea de que podía llover de tantas maneras, ni que tantas de ellas fueran tan molestas, cosa que ha desmontado todas mis teorías sobre la detección de cantidad de lluvia a través de la observación de charcos.
- Lluvia clásica: Ésta ya la tenía yo en España, la lluvia de toda la vida, que cae hacia abajo y moja que da gusto. Te cubres con un paraguas y vas que te estrellas, no tiene mucho secreto la verdad. Miras un charco a través de la ventana y se ve claramente que llueve, así que cuando sales ya llevas el paraguas listo.
- Llueve pero no llueve: Este tipo de lluvia me ha tocado redescubrirlo una vez llegado a Londres. Según se me informó durante mi juventud, su nombre
tecnicoes «xiri-miri», aquí su nombre técnico es «putada» ya que es capaz de hacerte creer que esta lloviendo cosa mala si miras un charco pero luego cuando sales no te mojas ni queriendo, miento, los que llevan gafas lo ven todo chorreando … - ¡Ay que llueve! que no que era coña …: En este punto es cuando comienzas a odiar un poco este país, aunque según cuenta mi padre tiene que ver con el hecho de que sea una isla, pero yo sigo creyendo que lo hace por putear ya que siempre se espera a que hagas planes. Quedas con los amigotes, como si ya no costara de por si el hecho de conseguir reunir a 3 personas en un horario conveniente para todos, se pone a llover, cancelas, deja de llover, procedes a maldecir el tiempo.
Torrencial: Esta me sorprendió, menuda trola me contó el charco, parecía que llovía un poco y aquel día descubrí que mi chaqueta impermeable no era tan impermeable como yo creía, nada más que decir.
Conclusión, nunca confíes en los charcos, siempre mienten